En la primera entrevista que tuvimos con el cliente, un joven médico con gustos definidos e intensos por la música, los libros y viajar, pudimos percibir que el proyecto iba a ser especial.

Apoyar la totalidad de la construcción en el suelo, intuíamos que no era la respuesta adecuada para su forma de vida, así fue que le propusimos vivir despegado del piso, a la altura de la copa de los árboles. También así, optimizaríamos las vistas panorámicas que el lugar brindaba.

La peculiaridad del conjunto, es el volumen del dormitorio, que de gran altura gira respecto al prisma principal, focalizando el hito geográfico que representa “el mordisco” en la Sierra La Barrosa.

El uso de hormigón visto y carpinterías de aluminio resultaban ideales para alguien que gustaba tanto de viajar y restringir al mínimo el mantenimiento de la vivienda.